Predicaciones

I      MENSAJE CENTRAL

La semana pasada aprendimos que una de las razones por las que el hombre antepone sus obras a la gracia, y termina mezclando su evangelio, es porque filtra las Escrituras a través de su necesidad de valer por lo que hace y su necesidad natural de reconocimiento.

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Hoy Dios nos hablará de tres filtros con los que debemos leer las Escrituras para entenderla mejor y no mezclarla con la ley de las obras.

Así que esta será la segunda parte del mensaje de la semana pasada.

 

II     INTRODUCCIÓN

El Apóstol Pablo le dice a Timoteo, en su última carta que escribió:

(RVR60) 2ª Timoteo 2:1515 Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse (solo justificados por Jesús), y que interpreta rectamente la palabra de verdad.

Es necesario interpretar rectamente las Escrituras, por eso, hoy hablaremos de tres filtros que son indispensables para entenderlas y poder vivir el evangelio de la gracia sin mezclarlo con las obras de la ley.

De aquí que el tema de hoy lleva por título: FILTROS PARA NO MEZCLAR LA GRACIA. Abriendo los ojos a la gracia 2ª parte.

 

 

III         FILTRO 1: LA CRUZ SÍ HACE UNA DIFERENCIA 

En esta primera parte del mensaje entenderemos que la cruz sí hace una diferencia en el trato de Dios para sus hijos.

En la Biblia podemos encontrarnos con un Dios Justo, pero haciendo constantemente juicio sobre su pueblo, por ejemplo, el juicio que Dios hizo sobre Sodoma y Gomorra y como destruyó por completo a esas ciudades por la maldad que había en ellas, enviando fuego del cielo.

Caso de Elías.

O vemos a siervos de Dios promoviendo ese juicio contra aquellos que no respetaban a Dios o a ellos, por ejemplo, vemos lo que hizo Elías con dos pelotones de soldados que lo vinieron a buscar:

2ª Reyes 1:9-109Luego envió a él un capitán de cincuenta con sus cincuenta, el cual subió a donde él estaba; y he aquí que él estaba sentado en la cumbre del monte. Y el capitán le dijo: Varón de Dios, el rey ha dicho que desciendas. 10Y Elías respondió y dijo al capitán de cincuenta: Si yo soy varón de Dios, descienda fuego del cielo, y consúmate con tus cincuenta. Y descendió fuego del cielo, que lo consumió a él y a sus cincuenta.”

Esto lo hizo Elías dos veces, con dos pelotones de cincuenta, hasta que el tercero vino y rogó por su vida y Elías ya no envió fuego del cielo.

Distinguiendo el juicio de Dios.

Hay un hecho vital en estas dos historias de juicios de Dios con fuego destructor de vidas humanas: Ambos sucedieron en el Antiguo Testamento, antes de la obra de Jesús por nosotros.

Los discípulos querían hacer juicio de fuego.

Los discípulos de Jesús conocían estas historias del juicio de Dios, porque eso se enseñaba en las sinagogas, por eso, cuando Samaria no quiso recibir a Jesús los discípulos quisieron orar para que los consumiera fuego del cielo, como en Sodoma y Gomorra o como Elías lo hizo, pero esto contestó Jesús:

Lucas 9:52-56 “  52 Y envió mensajeros delante de él, los cuales fueron y entraron en una aldea de los samaritanos para hacerle preparativos. 53Mas no le recibieron, porque su aspecto era como de ir a Jerusalén. 54Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma? 55Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; 56porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea.”

¿Te das cuenta? El espíritu de Jesús en el nuevo pacto de la gracia no es el mismo que el espíritu del antiguo pacto de la ley en el Antiguo a Testamento.

Jesús no vino a condenarte.

Jesús quiere que tengas la totalidad seguridad que Él no vino para condenarte o destruirte, sino para salvarte, como dice la Escritura:

Juan 3:1717Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.”

Entonces, nos tiene que quedar claro que el juicio que Dios hacía de su pueblo y de los otros pueblos por su maldad, lo hizo en la cruz, toda la maldad de la humanidad fue llevada en esa cruz y Jesús sufrió el juicio de la ira de Dios por nuestros pecados y venció, lo consumó todo a favor nuestro.

Por eso el trato de Dios para su pueblo es diferente después de la crucifixión de su Hijo Amado.

Entonces, cuando leas y estudies el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, debes hacerlo usando el FILTRO DE LA CRUZ, para entender que Jesús SÍ nos trasladó del pacto de la ley al pacto de la gracia, ahora vivimos bajo su gracia, que es su favor inmerecido para nosotros.

Eso quiere decir que ya no dependemos de nuestras obras para ser justos delante de Dios, sino que dependemos de la obra de nuestro Señor Jesús en esa cruz y que el juicio de Dios sobre nosotros se llevó a cabo en la cruz del Calvario.

Este filtro nos servirá para entender que lo que aplicaba en el Antiguo Pacto, Antiguo testamento, ya no aplica en el Nuevo Pacto, en el Nuevo Testamento.

Y este filtro es muy importante porque es el que más usan los predicadores para mezclar la ley del AT con la gracia del NT.

 

IV      FILTRO 2: TIPOLOGÍAS DE JESÚS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

Un segundo filtro que debemos usar es el de entender que Jesús aparece todo el tiempo en el Antiguo Testamento.

Cuando iba caminando con los de Emaús pasó esto, recuerda que ellos no lo reconocieron y él les preguntó qué había pasado en Jerusalén y ellos le venían platicando de que la tumba estaba vacía:

(NTV) Lucas 24:24-2724 Algunos de nuestros hombres corrieron para averiguarlo, y efectivamente el cuerpo no estaba, tal como las mujeres habían dicho. 25 Entonces Jesús les dijo: —¡Qué necios son! Les cuesta tanto creer todo lo que los profetas escribieron en las Escrituras. 26 ¿Acaso no profetizaron claramente que el Mesías tendría que sufrir todas esas cosas antes de entrar en su gloria? 27 Entonces Jesús los guio por los escritos de Moisés y de todos los profetas, explicándoles lo que las Escrituras decían acerca de él mismo.”

Este es el segundo filtro que nos ayudará a entender las Escrituras mirando a Jesús en el Antiguo Testamento y entendiendo más acerca de su gracia y de su iglesia.

Le podré algunos ejemplos que ya hemos comentado en anteriores predicaciones:

  • El arca de Noe es figura de Cristo, todo el que entre en él será salvo, como los que entraron en el arca.

Te hago una pregunta para distinguir el evangelio de la gracia y el que la mezcla con condenación de las obras: Sabemos que en el arca entraron ocho personas, Noe, sus tres hijos y las esposas de cada uno de ellos, ahora ¿Si alguno de los hijos se tropezara y cayera al piso, se ahogaría en el diluvio?

La respuesta es NO, porque estaba dentro del arca que lo protegía de la inundación del diluvio, ¿cierto? Eso mismo pasa cuando recibes a Jesús como Señor y Salvador, aunque te equivoques, te tropieces y caigas en pecado, caes sobre de Él y tu pecado queda sin consecuencias, porque Él se llevó todos tus pecados y sus consecuencias en la cruz, Él pagó por ti por ese error o tropiezo y por todos los que vayas a cometer en la vida.

¿No es esto maravilloso? Es su gracia la que nos cubre nuestras faltas y no ninguna de nuestras obras que hagamos antes de caer o después de caer.

  • Abraham es figura del Padre Celestial e Isaac del Hijo.

Por eso cuando Abraham no rehusó sacrificar a su hijo, Dios estaba profetizando que Él sacrificaría a su Hijo por nosotros, Isaac no murió, pero el Antiguo Testamento sólo menciona que Abraham bajó del cerro, haciéndonos saber que Jesús sí había sido sacrificado por el Padre, por amor de nosotros.

Ahora, usted puede pensar que Isaac no murió y Jesús sí, pero veamos qué fue lo que realmente pasó en el Espíritu con Isaac.

Mire lo que dice la Biblia cuando regresaron del monte Moriah.

(NVI) Génesis 22:5 y 19Entonces le dijo a sus criados: —Quédense aquí con el asno. El muchacho y yo seguiremos adelante para adorar a Dios, y luego regresaremos junto a ustedes. 19 Abraham regresó al lugar donde estaban sus criados, y juntos partieron hacia Berseba, donde Abraham se quedó a vivir.

Recuerde que en la Escritura no hay detalle insignificante, la Biblia narra que fueron juntos y al bajar los dos solo se refiere a Abraham, ¿Por qué? Porque en el Espíritu el Padre ya había sacrificado a su Hijo por amor a nosotros.

Y entonces, por eso Jesús dice de Abraham:

(NVI) Juan 8:5656 Abraham, el padre de ustedes, se regocijó al pensar que vería mi día; y lo vio y se alegró.”

En el Espíritu Abraham había vivido el sacrificio de nuestro Señor Jesús, por eso dice la Escritura que bajó solo, cuando, obviamente, bajaron los dos, Abraham e Isaac.

El día más triste en la vida natural de Abraham, por lo difícil de subir a ese monte a sacrificar a su hijo, se convirtió en el día de más regocijo en el espíritu, porque fue el primero en ver el sacrificio de Cristo por la humanidad entera.

Esto lo podemos ver y entender a la luz del filtro de encontrarnos a Jesús en el Antiguo Testamento.

  • Y muchos más ejemplos le hemos dado:

Los diez hijos de Jacob son figura de los Israelitas, de la ley y de quienes aún no reconocen a Jesús como Señor y Salvador, José es figura de Cristo y Benjamín es figura de la iglesia bajo la gracia, por eso recibió cinco veces más ropas y comida.

Diez es número de la ley y cinco es número de la gracia.

Si Isaac es figura de Cristo, Raquel, su amada es figura de la iglesia bajo la gracia. Lo mismo pasa con Abraham y Sara y con Jacob y Rebeca, en ciertos pasajes.

Encontramos que Rut es figura de la iglesia bajo la gracia, Booz es figura de Cristo y Noemí, la suegra, es figura de la ley, de Israel y de quienes no conocen a Jesús todavía.

Si se abriera el arca del pacto, que contenía las tablas de la ley, la vara de Aarón y el Maná, y que estaba en el Lugar Santísimo del Tabernáculo y del Templo, nos quedaría una cruz con los querubines y el lugar donde se ponía la sangre para perdón de los pecados, exactamente dónde estaría el cuerpo de Jesús en la cruz del Calvario.

Si miráramos desde arriba como fueron acomodadas las doce tribus de Israel alrededor del Tabernáculo, veríamos que fueron colocadas en forma de cruz, con el Tabernáculo en medio, donde se cruza lo vertical con lo horizontal, como uniendo el cielo con la tierra.

Y así por todo el Antiguo Testamento.

Entonces usemos este filtro también a la hora de leer y estudiar las Escrituras del Antiguo Testamento, ya no para encontrarnos con las “reglas qué hay que seguir para agradar a Dios”, sino para encontrarnos con Jesús y ver lo agradable que somos al Padre por la obra de amor de Jesús en esa cruz.

 

V          FILTRO 3: DOS LENGUAJES EN EL NUEVO TESTAMENTO

El tercer filtro que debemos usar es el de que, en el Nuevo Testamento, donde se enseña de la gracia de Jesús, se le habla diferente al inconverso y al que ya se convirtió y aceptó a Jesús como su Señor y Salvador.

Por ejemplo, cuando se derrama el Espíritu Santo en el aposento alto, Pedro comienza a predicarle a una multitud y cuando termina su sermón dice:

(RVR60) Hechos 2:36-3836Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo. 37Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? 38Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.”

Es claro que Pedro le está predicando a puros inconversos que tienen que arrepentirse para que sus pecados sean perdonados.

Pero, por otro lado, el apóstol Pablo le está predicando a la iglesia de Éfeso (obvio, ya convertidos, si no, no serían la iglesia de Éfeso), y les dice:

(NVI) Efesios 4:3232 Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.

No dice que “Dios los perdonará”, dice que los perdonó, en pasado.

¿Puede ver la diferencia? A los no confesos se les predica el arrepentimiento y el perdón de pecados.

El apóstol Juan y la confesión.     

A lo mejor usted está confundido porque se sabe o le predicaron el arrepentimiento de pecados del ya creyente usando el versículo 1ª Juan 1:9, que dice:

(NVI) 1ª Juan 1:9Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad.”

Y aquí usted lee claramente que, si confesamos nuestros pecados, Dios es fiel y justo para perdonarlos, y con esto pareciera que primero debemos confesar nuestros pecados ¿Cierto?

Ahora, siempre que leemos un texto, debemos leer el contexto y reforzarlo con otras escrituras, no podemos hacer una doctrina de un solo versículo y sin considerar el contexto. ¿Ok?

El contexto.

Al revisar el contexto del primer capítulo de la primera carta de Juan, nos damos cuenta de que está escrita a personas no creyentes, por eso inicia la carta sin saludar a la iglesia, sino diciendo así:

(NVI) 1ª Juan 1:3Les anunciamos lo que hemos visto y oído, para que también ustedes tengan comunión con nosotros. Y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo.”

Esta carta está dirigida para quienes aún no tienen comunión con el Padre y con el Hijo, o sea, inconversos.

En cambio, la segunda y la tercera cartas de Juan sí se las escribe a personas ya creyentes, por eso comienza las cartas así:

(NVI) 2ª Juan 1:1El anciano, a la iglesia elegida y a sus miembros, a quienes amo en la verdad —y no sólo yo sino todos los que han conocido la verdad—,”

Y tercera carta de Juan empieza saludando así:

(NVI) 3ª juan 1:1El anciano, al querido hermano Gayo, a quien amo en la verdad.

¿Me sigue?

Entonces, en 1ª de Juan 1: 9 cuando Juan promueve la confesión de pecados lo está haciendo para personas no creyentes, ellos era agnósticos, que no creían ni siquiera que Dios existía.

Desde el segundo capítulo.

Ojo a esto, desde el segundo capítulo de la primera carta de Juan, Juan ya se enfoca en los creyentes y les dice:

(NVI) 1ª Juan 2:11 Mis queridos hijos, les escribo estas cosas para que no pequen. Pero si alguno peca, tenemos ante el Padre a un intercesor, a Jesucristo, el Justo. Él es el sacrificio por el perdón de nuestros pecados, y no sólo por los nuestros sino por los de todo el mundo.”

Aquí nos confirma el apóstol Juan que si pecamos tenemos un intercesor que es Jesucristo, pero no nos manda a confesar nuestros pecados, sino confirma que Jesús se sacrificó por nuestros pecados y los de todo el mundo.

Entonces, este es el tercer filtro que hay que usar a la hora de leer el Nuevo Testamento, debemos identificar, si le está hablando a convertidos o a no creyentes.

 

VI         BAJO LA GRACIA HACEMOS MEJORES OBRAS

Una imagen clara de la diferencia entre la Gracia y la ley nos la da el pasaje de Jesús en casa de Marta y Maria:

(NVI) Lucas 10:38-4238 Mientras iba de camino con sus discípulos, Jesús entró en una aldea y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. 39 Tenía ella una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba lo que él decía. 40 Marta, por su parte, se sentía abrumada porque tenía mucho que hacer. Así que se acercó a él y dijo: —Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? ¡Dile que me ayude! 41 —Marta, Marta —contestó el Señor—, estás inquieta y preocupada por muchas cosas, 42 pero solo una es necesaria. María ha escogido la mejor y nadie se la quitará.”

Jesús no le marcó a Marta que estaba haciendo muchas cosas, sino que las estaba haciendo de una manera inquieta y preocupada, turbada, dice la RVR60.

Jesús le dice: “Pero solo una cosa es necesaria y María la ha escogido y nadie se la quitará”, esa es la Gracia, sentarse a recibir lo que Jesús tiene para ti, lo que hizo por ti en vez de querer “ganártelo haciendo obras”.

Cuando recibimos de Jesús su Gracia podremos hacer todas las demás cosas que tengamos o queramos hacer con el espíritu correcto y nos saldrán mejor.

La Gracia te da descanso y te hace más productivo en todas las áreas de tu vida.

 

VII        MINISTRACIÓN

Si usamos estos tres filtros:

            1) La cruz si hizo una diferencia en el trato de Dios con su pueblo. El trato de Dios es diferente antes y después de la cruz.

            2) Jesús aparece como tipología o figura por todo el Antiguo Testamento, leámoslo con la intención de encontrarnos con él y no con la intención de saber que leyes debemos cuidar y que condenación hay si no las cumplimos, porque para nosotros ya no está vigente el pacto de la ley, estamos bajo el pacto de la gracia.

            3) Leamos el Nuevo Testamento revisando si en el contexto le está hablando a inconversos o a los ya convertidos a quienes les dio el título de IGLESIA.

Y ESTO HARÁ QUE NO MEZCLEMOS MÁS LA GRACIA DE JESÚS CON LAS OBRAS QUE DEMANDA LA LEY DE MOISÉS.

Hoy toma más sentido porque el apóstol Pablo se despedía así en algunas de sus cartas:

 

Que el Amor del Padre, la gracia de nuestro Señor Jesucristo

y la comunión del Espíritu Santo, sea con todos ustedes.

Oremos.

Amén.

 

 

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