I MENSAJE CENTRAL
Hoy Dios nos quiere hablar de cómo Él está trayendo un vino nuevo para una nueva generación de su iglesia.
En los tiempos finales, Dios acelerará la propagación del evangelio de su gracia para que muchos puedan encontrarse con Él.
II INTRODUCCIÓN
Acompáñeme a la Biblia:
(RVR60) Mateo 9:14 “14Entonces vinieron a él los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan?”
O sea, lo que los discípulos de los fariseos y de Juan el Bautista le estaban preguntando ¿Por qué ellos son diferentes a nosotros? ¿Por qué hacen cosas diferentes a nosotros?
(RVR60) Mateo 9:15-17 “15Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán. 16Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; porque tal remiendo tira del vestido, y se hace peor la rotura. 17Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero echan el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro, se conservan juntamente.”
El vino nuevo era su mensaje de gracia, los odres viejos, se refería a los que vivían bajo la ley y los odres nuevos serían aquellos que tuvieran un corazón y una mente nueva para escuchar a Jesús, para seguirlo y glorificarlo sólo a Él, como sus discípulos.
De aquí que el mensaje de hoy lleva por título: EL VINO NUEVO DE LA GRACIA. Para una generación de odres nuevos.
III VINO NUEVO Y ODRES RENOVADOS
En esta primera parte entenderemos cómo ser odres nuevos para recibir el vino nuevo de la gracia.
Los discípulos de los fariseos y de Juan el Bautista se sorprendieron de que los discípulos de Jesús fueran y actuaran diferente a ellos.
Y Jesús hace una parábola y compara las enseñanzas de los fariseos con vino viejo, sus mentes con odres viejos, sus enseñanzas con vino nuevo y las mentes de los nuevos creyentes con odres nuevos.
Explicación científica de los Odres.
Déjeme darle la explicación científica de como funcionaban los odres en esa época.
Los odres eran recipientes hechos con cueros de oveja, cabra o camello, que eran usados para contener líquidos, en especial, vino.
Aquí unas imágenes de odres para almacenar y para viajar:
Se curtía el cuero y se cosía. Una vez hecho esto, el odre quedaba flexible, elástico y blando, pero después del uso y el tiempo se volvía inflexible y duro.
El vino recién hecho se vaciaba en el odre nuevo y al fermentar, sus gases inflaban el odre, pero como estaba flexible, se expandía y el vino se mantenía dentro del odre.
Pero cuando el odre envejecía ya no podía recibir vino nuevo porque al fermentar el vino, el odre no estiraría por estar duro y rígido y terminaría rompiéndose y desperdiciando el vino.
Por eso los odres viejos se usaban sólo para guardar vino viejo (que ya no fermentara), y los odres nuevos eran donde se echaba el vino nuevo.
El vino nuevo de la gracia.
En ese momento, la ley tenía poco más de mil quinientos años de haber sido dada a Moisés y era en lo que los judíos basaban su relación con Dios.
Y Jesús les explica con esta parábola de los odres y el vino que Él estaba enseñando a sus discípulos a basar su relación con Dios bajo la gracia y ya no bajo la ley, pero les enseñaba que esa gracia necesitaba una fe nueva, una mente y un corazón nuevos.
Por eso Romanos 12:2 en la traducción NTV, lo dice muy claramente;
(NTV) Romanos 12:2 “ 2 No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.”
Claro que Dios no quiere que imitemos lo que hace el mundo y eso incluía el que no imitáramos el vivir bajo la ley, porque Él vino a trasladarnos al pacto de la gracia, que significa que nuestra relación con Dios ya no debe estar basada en nuestras obras buenas sino basada en la obra de amor de la cruz,
Por eso dice la Escritura:
(NVI) 2ª Corintios 3:4-6 “4 Ésta es la confianza que delante de Dios tenemos por medio de Cristo. 5 No es que nos consideremos competentes en nosotros mismos. Nuestra capacidad viene de Dios. 6 Él nos ha capacitado para ser servidores de un nuevo pacto, no el de la letra sino el del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida.”
Mire como lo traduce la versión NTV:
(NTV) 2ª Corintios 3:6 “6 Él nos capacitó para que seamos ministros de su nuevo pacto. Este no es un pacto de leyes escritas, sino del Espíritu. El antiguo pacto escrito termina en muerte; pero, de acuerdo con el nuevo pacto, el Espíritu da vida.”
En el Libro de Hebreos, el apóstol Pablo llama al Espíritu Santo, el Espíritu de la gracia, para que no nos quede ninguna duda que estamos hablando del nuevo pacto de la gracia llevado a cabo por el Espíritu Santo.
(NVI) Hebreos 10:28-29 “28 Cualquiera que rechazaba la ley de Moisés moría irremediablemente por el testimonio de dos o tres testigos. 29 ¿Cuánto mayor castigo piensan ustedes que merece el que ha pisoteado al Hijo de Dios, que ha profanado la sangre del pacto por la cual había sido santificado, y que ha insultado al Espíritu de la gracia?”
Aquí el apóstol Pablo estaba tratando de que los judíos entendieran que el pacto de la gracia hecho por Jesús en la cruz era mucho mayor que el pacto de la ley de Moisés, y termina llamando al Espíritu Santo, el Espíritu de la gracia, que es el Espíritu que vivifica la palabra de Dios para que produzca muerte.
¿Cómo ser un odre nuevo para recibir el vino nuevo de su gracia?
Entonces cabe la pregunta ¿Cómo ser un odre nuevo para recibir el vino nuevo de su gracia sin mezclarlo con la ley? La respuesta es: Anhelando, orando y creyendo que Jesús nos ha puesto un nuevo corazón con su sacrificio en la cruz, no hablo de un corazón renovado, restaurado, hablo de un corazón nuevo, porque eso dice la Escritura que Jesús hizo:
(NTV) Ezequiel 36:26 “26 Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes. Les quitaré ese terco corazón de piedra (o sea, inflexible y duro) y les daré un corazón tierno y receptivo (un odre nuevo).”
Ahora podemos entender que para abrir los ojos a la gracia necesitamos pedirle a Dios tener ese corazón flexible y blando que él no prometió, que anhele más recibir las palabras de Jesús, que anhele más encontrarse con Jesús en toda la Biblia y fuera de la Biblia, que anhelar que sus buenas obras sean vistas o conocidas por pocos o muchos.
Y eso es lo que Jesús hizo en la cruz, darnos un corazón nuevo, no renovado, sino nuevecito, conforme al suyo.
Así que, si usted quiere recibir cada día el vino nuevo de su gracia, permanezca creyendo que Jesús ya le dio ese corazón y que será cuestión de poco tiempo para que Él, como dice Romanos 12:2 le cambie la manera de pensar y usted sea transformado en una persona nueva y pueda aprender a conocer la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios para su vida
IV ES EL TIEMPO DE LA IGLESIA BAJO LA GRACIA
En esta parte del mensaje entenderemos que este es el tiempo de la iglesia bajo la gracia, que sale de la mezcla de la ley de las obras y la gracia.
Vamos a ver una profecía que le dio Dios al profeta Ezequiel.
Ezequiel fue un profeta al que Dios levantó en el tiempo del cautiverio babilónico para predicar todas las consecuencias que habrían de tener por la idolatría y las abominaciones que hicieron al no cumplir con la ley.
Pero también le daría visión de lo que sería la salvación para su pueblo.
(NVI) Ezequiel 47:1-9 “ 1El hombre me trajo de vuelta a la entrada del templo, y vi que brotaba agua por debajo del umbral, en dirección al oriente, que es hacia donde da la fachada del templo. El agua corría por la parte baja del lado derecho del templo, al sur del altar. 2 Luego el hombre me sacó por la puerta del norte, y me hizo dar la vuelta por fuera, hasta la puerta exterior que mira hacia el oriente; y vi que las aguas fluían del lado sur. 3 El hombre salió hacia el oriente con una cuerda en la mano, midió quinientos metros y me hizo cruzar el agua, la cual me llegaba a los tobillos. 4 Luego midió otros quinientos metros y me hizo cruzar el agua, que ahora me llegaba a las rodillas. Midió otros quinientos metros, y me hizo cruzar el agua, que esta vez me llegaba a la cintura. 5 Midió otros quinientos metros, pero la corriente se había convertido ya en un río que yo no podía cruzar. Había crecido tanto que sólo se podía cruzar a nado. 6 Entonces me preguntó: «¿Lo has visto, hijo de hombre?» En seguida me hizo volver a la orilla del río, 7 y al llegar vi que en sus márgenes había muchos árboles. 8 Allí me dijo: «Estas aguas fluyen hacia la región oriental, descienden hasta el Arabá, y van a dar al Mar Muerto (porque está muy salado). Cuando desembocan en ese mar, las aguas se vuelven dulces. 9 Por donde corra este río, todo ser viviente que en él se mueva vivirá. Habrá peces en abundancia porque el agua de este río transformará el agua salada en agua dulce, y todo lo que se mueva en sus aguas vivirá.”
Esta es la visión de la restauración del pueblo de Dios y su salvación.
Ahora le va la interpretación: El agua que fluye y da vida a todo el que toca es figura del Espíritu Santo.
Y que el agua vaya subiendo en el cuerpo del profeta representa lo que la iglesia permite al Espíritu Santo dirigir su vida y dirigir a la propia iglesia.
Un río que te dé a los tobillos te permite a ti, prácticamente, hacer todo lo que quieras, tienes casi total libertad de movimiento y puedes salirte del río, inclusive.
Si el río te da a las rodillas, te resta movilidad, pero toda vía puedes ir a donde tú quieras.
Si el río te da a la cintura, a los lomos, se te va a dificultar hacer lo que quieres, pero aún así, como tus pies tocan el suelo del río, puedes moverte a tu voluntad, por tu propio pie.
Pero cuando el río te cubre por completo y hace que tus pies ya no toquen el suelo del río, tú ya no puedes ir a donde quisieres, porque tus pies ya no tocan el suelo, ahora sólo te queda la opción de moverte sobre del río y fluir con él, ¿Me estoy explicando?
Y esas etapas de “movilidad” del hombre en el río, Dios me mostraba que se representan las etapas que ha vivido la iglesia del Señor desde el Pentecostés en el aposento alto.
Etapas de la iglesia.
1.- La iglesia perseguida.
Los primeros trescientos años fue difícil que el hombre entendiera la cruz en todo su esplendor, pues venía de una ley que demandaba sus obras para poder relacionarse con Dios.
La obra del Espíritu Santo en la gente y en la iglesia era prácticamente ignorada, por eso puede estar representada como un río que sí fluye en su iglesia, pero sólo los llena hasta los tobillos, haciendo que el hombre siga siendo el actor principal en la obra de la iglesia del Señor.
2.- La iglesia organizada.
Después aparece Constantino, un emperador romano, que ayuda a que los cristianos dejen de ser perseguidos y pone las bases para que se organice la iglesia cristiana junto con las otras religiones del imperio romano.
Esta etapa dura aproximadamente mil doscientos años.
Aparece la iglesia católica con toda su historia, que no juzgaremos hoy, no hablaremos de eso, pero el Espíritu Santo sólo la llenaba hasta las rodillas, sí, mejor que la etapa anterior, pero el hombre seguía siendo la figura principal de la iglesia del Señor, de ahí la aparición de Papas y clérigos de alto renombre, santos y vírgenes milagrosos, dejando de lado que la gente pudiera ver la obra de Jesús en la cruz y al Espíritu Santo obrar.
3.- La iglesia protestante.
Después aparecería lo que se conoce como la iglesia protestante o la iglesia reformada, cuando un monje católico, llamado Martín Lutero, publica una serie de puntos que iban en contra de las indulgencias católicas y de muchas de las obras que obligaba la iglesia de Roma.
En términos generales, Martín Lutero decía que la vida de la iglesia solo debía basarse en la Biblia y no en otros libros católicos, que la fe debía estar apuntada solo a Jesucristo y a nadie más, que no se podía lograr el perdón de pecados al pagar las indulgencias, por mencionar algunas.
Esta etapa ha durado unos quinientos años, desde 1,517 cuando Lutero pegó sus tesis hasta hoy.
Sin lugar a duda la iglesia del Señor dio un salto cuántico, dejó de venerar personas para enfocarse solo en venerar al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
En esta etapa el fluir del Espíritu subió de las rodillas a la cintura, se quitaron muchas obras del hombre dentro de la iglesia, pero siguió y sigue basando su relación con Dios con base en hacer obras buenas o dejar de hacer obras malas, minimizando la obra que nuestro Señor Jesús hizo en la cruz.
Es la iglesia a la que hoy podemos llamar “de la mezcla” (de donde nosotros salimos hace dos años), porque mezcla la gracia de Jesús con las obras de la ley de Moisés, cree en la gracia de Jesús, pero aún cree que tiene que ser “activada” por sus esfuerzos, por su hacer o dejar de hacer.
4.- La iglesia bajo la gracia.
En el siglo XXI aparece la iglesia bajo la gracia, una iglesia que predica el evangelio de la gracia de Jesús, que reconoce que lo que lo salva, lo sostiene, lo que lo hace justo, santo, sano y sabio, es la obra maravillosa de amor de Jesús en la cruz.
Es la iglesia que no cree que pueda llegar a ser justo o santo por sus obras, sino sólo por su fe en la obra de Jesús en la cruz.
Esta es la iglesia que sabe que todo ya fue consumado en la cruz y que camina haciendo las obras que Jesús y el Padre anhelan, pero no montada en sus esfuerzos, sino que fluye montado en el Espíritu Santo, como alguien que nada a favor de las corrientes de un gran Río que lo lleva a donde Dios quiere y no a donde sus pies lo llevan. ¿Me explico?
Esta es la iglesia que ha sido totalmente cubierta por el Río de Dios, por el fluir del Espíritu Santo y el hombre y sus obras pasan a segundo término.
Esta es la iglesia que ha empezado a fluir en este siglo, es la iglesia que estará predicando en los últimos tiempos el evangelio de la gracia mediante el poder del fluir del Espíritu de la gracia.
Es la iglesia que se ha convertido, por la gracia de nuestro Señor Jesús, en un odre nuevo para recibir el vino nuevo de la gracia, que reconoce que “la Revolución de la gracia ha comenzado”.
V LA LEY LE ABRIÓ PASO A LA GRACIA
En esta última parte del mensaje aprenderemos cómo está escrito que la ley le abrió paso a la gracia.
(RVR60) Lucas 2:25-30 y 36-38 “ 25Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él. 26Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor. 27Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley, 28él le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, diciendo:29 Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, Conforme a tu palabra;30 Porque han visto mis ojos tu salvación, 36Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada, pues había vivido con su marido siete años desde su virginidad, 37y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones. 38Esta, presentándose en la misma hora, daba gracias a Dios, y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén.”
Simeón significa “escuchar” , “oír”.
Cuando Jesús resumió toda la ley y los profetas dijo: El primer y más importante mandamiento es este:
Marcos 12:29-31 “29 Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. 30 Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.31 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.”
La palabra para “oye” Israel es la misma que para Simeón. Aquí Simeón representa a Israel, a la ley, rígida, inflexible y dura, como odre viejo.
Entonces este pasaje es como si la ley viera a Jesús y le dijera al Padre “ya puedo irme”.
Hasta la ley estaba contenta de haber visto a Jesús.
Y después aparece Ana, ¿sabe que significas el nombre de Ana? Significa Gracia.
Los nombres de Juan, Juana, Hanna, Johana, Janet o Ana son derivados de la misma raíz hebrea que significa gracia.
Ana le dio la bienvenida a Jesús, la ley se fue y apareció la gracia, que dice que le hablaba a toda la gente de Jesús.
José, Benjamín y Simeón.
Simeón fue el hermano que se quedó encerrado hasta que trajeran a Benjamín ante José ¿Recuerda?
Y José les dijo: “No habrá pan, y Simeón no saldrá, hasta que me traigan a Benjamín”.
Esto significa que los oídos de Israel están tapados, encerrados hasta que la generación de Benjamín aparezca, y esa es la generación de la iglesia bajo la gracia, quien será quienes vayan a Israel y sean liberados los oídos de los judíos y puedan reconocer a Jesús, como los diez hermanos pudieron reconocer a José hasta que Benjamín apareció en la escena.
¿Podemos ve como la ley le abrió paso a la gracia?
VI MINISTRACIÓN
Somos la generación de odres nuevos.
Así que, Plenitud en Cristo, somos parte de la generación de Benjamín, de la generación bajo la gracia, que ya no la mezcla con las obras de la ley, porque Jesús nos abrió los ojos para que pudiéramos ser esos odres nuevos, con un corazón nuevo, ojos nuevos y una fe nueva que pueda recibir la gracia y, como Ana, salir a hablarle a todos los que esperan salvación.
Anhele que su corazón sea un nuevo corazón, un odre nuevo que pueda recibir todo el vino de la gracia que, semana con semana, Jesús nos da.