Predicaciones

I        MENSAJE CENTRAL

Hoy Dios nos hablará en su palabra acerca de la importancia de conocer más acerca de los dos pactos, el de la ley y el de su favor inmerecido o su gracia, para poder elegir, conscientemente, vivir bajo el mejor de los dos.

 

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II          INTRODUCCIÓN 

A lo largo de la historia de la humanidad Dios hizo varios pactos con el hombre, por ejemplo, el pacto con Adán, el pacto con Noé, el pacto con Abraham; pero los dos más relevantes son: El pacto de la ley y el pacto de la gracia.

A estos dos pactos se les conoce en la Biblia con varios nombres, por ejemplo, al pacto de la ley también se le conoce como el pacto mosaico (porque le fue dado a Moisés), o pacto del Sinaí (porque fue en el monte Sinaí donde Dios le dio a Moisés los diez mandamientos), o pacto de la ley de las obras (porque se basa en el cumplimiento humano de la ley) o viejo pacto o Antiguo pacto.

Por otra parte, al pacto de la gracia se le conoce como el nuevo pacto de Jesús o el pacto del favor inmerecido de Dios (porque eso significa la palabra gracia=Favor inmerecido), o pacto del Monte de Sion o pacto de paz (porque expresa el shalom de Jesús).

Principal diferencia

Ahora, veamos cuál es la principal diferencia entre ambos:

(RVR60) Juan 1:17 “17Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.”

La mayor y más contundente diferencia es que mientras la ley la dio un hombre como Moisés, la gracia y la verdad vinieron en la persona de Jesús para nosotros.

Es decir, el primer pacto es algo, una ley, el segundo pacto es alguien, Jesús.

Del entendimiento de este mensaje es que podrás elegir conscientemente vivir bajo alguno de los dos, no se puede vivir en los dos, hay que elegir uno, de aquí que el mensaje de hoy lleva por título: DOS PACTOS, UNA ELECCIÓN. Elige vivir en el pacto de su favor inmerecido.

 

III         EL PACTO ANTERIOR AL PACTO DE LA LEY

En esta primera parte aprenderemos a reconocer cómo era el pacto de Dios con el hombre antes de que naciera el pacto de la ley.

El pacto anterior al pacto de la ley era el pacto abrahámico, que Dios hizo con Abraham.

Este pacto se basaba en lo siguiente:

(RVR60) Romanos 4:2-3 “2Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios. 3Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia.”

Este era el anterior pacto que Dios había hecho con el hombre, un pacto que se basaba enteramente en su bondad y su fidelidad y no en nuestras obras.

Si a Abraham, quien entregó a su hijo Isaac para ser sacrificado, no le fue tomada en cuenta esa obra, pues menos a nosotros nos es tomada en cuenta ninguna obra para justificarnos delante de Dios.

Dios tratando a su pueblo desde Egipto

Y así quería Dios tratar al hombre cuando lo rescató de Egipto, a pesar de sus errores y sus malas obras.

Echemos un vistazo a algunas de sus malas obras y veamos cómo los trató Dios.

Frente al mar Rojo:

(RVR60) Éxodo 14:10-12 “10Y cuando Faraón se hubo acercado, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí que los egipcios venían tras ellos; por lo que los hijos de Israel temieron en gran manera, y clamaron a Jehová. 11Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto? 12¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: ¿Déjanos servir a los egipcios? Porque mejor nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros en el desierto.”

Que audacia de los hebreos al reclamarle a Dios por medio de Moisés de esta manera.

Sin embargo ¿Castigó Dios a los hebreos? No, es más, los salvó de una manera espectacular abriéndoles el mar rojo.

En las aguas amargas:

(RVR60) Éxodo 15:22-25 “22E hizo Moisés que partiese Israel del Mar Rojo, y salieron al desierto de Shur; y anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua. 23Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara. 24Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber? 25Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron.”

Algo no les salía bien y en seguida el pueblo comenzaba a murmurar contra Dios por medio de murmurar contra Moisés, que era quien los había sacado de Egipto de parte de Dios.

Cuando tuvieron hambre:

(RVR60) Éxodo 16:3 “3y les decían los hijos de Israel: Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud.”

¿Los castigó Dios por esta tercera murmuración contra él? No, les dio con amor el maná del cielo.

Cuando salieron de Egipto:

Antes de que llegara la Ley de Moisés, ninguno de los hijos de Israel murió al salir de Egipto:

(RVR60) Salmos 105:37 “37 Los sacó con plata y oro; Y no hubo en sus tribus enfermo.”

Así que el pacto con Abraham era un pacto de gracia, que implicaba que Dios trataría al hombre dependiendo de su fidelidad y benevolencia y no dependiendo de las obras del hombre, buenas o malas.

Aquí pudimos ver cómo Dios nunca tomó en cuenta las malas obras del hombre, a pesar de que eran directamente contra él, ya dejen que hubiesen sido malas obras entre ellos, no, eran malas obras directamente contra Dios a través de Moisés. ¿Se da cuenta?

Abraham vivió unos 450 años antes de que Israel le diera la ley a Moisés, así que antes del pacto de la ley, Dios trataba al hombre mediante su pacto abrahámico de la gracia y su favor inmerecido.

 

IV         CÓMO NACIÓ EL PACTO DE LA LEY

En esta segunda parte del mensaje conoceremos cómo es que nació entonces, el pacto de mosaico de la ley.

Veamos cómo era el trato que Dios quería tener con su pueblo ahora que ya estaba liberado de la opresión egipcia:

(RVR60) Éxodo 19:2-6 “2Habían salido de Refidim, y llegaron al desierto de Sinaí, y acamparon en el desierto; y acampó allí Israel delante del monte. 3Y Moisés subió a Dios; y Jehová lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob, y anunciarás a los hijos de Israel: 4Vosotros visteis lo que hice a los egipcios (pura gracia sobre gracia), y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí (con un amor incondicional). 5Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto (el de Abraham, o sea, el de la gracia), vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. 6Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.”

Dios dijo esto con ternura y amor incondicional, sin tomar en cuenta sus acciones y sus malas obras, aún contra él.

Pero ocurrió la peor tragedia cuando ellos respondieron a esto que Moisés les dijo de parte de Dios:

(RVR60) Éxodo 19:8 “8Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Todo lo que Jehová ha dicho, haremos.”

Ellos, en lugar de responder que estaban dispuestos a seguir recibiendo la bondad y fidelidad de Dios, ellos contestaron con orgullo que “podían hacer TODO lo que Dios les dijera”, o sea, que rebajaron la obra de misericordia y amor de Dios a las obras que, según ellos, podrían hacer.

Es decir, que, en vez de tener una relación de pacto con Dios basada en el favor de Dios, prefirieron una relación con Dios basada en sus propias obras y sus propios corazones.

Ellos quisieron poner distancia entre ellos y Dios por medio de mandamientos impersonales, donde todo fuera entre nosotros, pero lo más lejitos que esté Dios.

Y, entonces, Dios cambió el tono en el que les hablaba y les dijo:

(NVI) Éxodo 19:10-13 “10 y el Señor le dijo: —Ve y consagra al pueblo hoy y mañana. Diles que laven sus ropas 11 y que se preparen para el tercer día, porque en ese mismo día yo descenderé sobre el monte Sinaí, a la vista de todo el pueblo. 12 Pon un cerco alrededor del monte para que el pueblo no pase. Diles que no suban al monte, y que ni siquiera pongan un pie en él, pues cualquiera que lo toque será condenado a muerte. 13 Sea hombre o animal, no quedará con vida. Quien se atreva a tocarlo, morirá a pedradas o a flechazos. Sólo podrán subir al monte cuando se oiga el toque largo de la trompeta.”

¡Qué cambio! Dios que los había tratado con tanta bondad, fidelidad y favor, ahora les estaba dando lo que ellos querían, un trato lejano y en base a sus obras, por eso les dice si tocan la montaña morirán a pedradas o a flechazos.

Este es el origen de la ley de Moisés o de la ley de las obras del hombre.

Sigamos leyendo, porque esto le tiene que quedar bien claro y entendido para que elija usted con sabiduría, en cuál de los dos pactos quiere vivir:

(NVI) Éxodo 19:16, 18-19 y 24-25 “16 En la madrugada del tercer día hubo truenos y relámpagos, y una densa nube se posó sobre el monte. Un toque muy fuerte de trompeta puso a temblar a todos los que estaban en el campamento. 18 El monte estaba cubierto de humo, porque el Señor había descendido sobre él en medio de fuego. Era tanto el humo que salía del monte, que parecía un horno; todo el monte se sacudía violentamente, 19 y el sonido de la trompeta era cada vez más fuerte. Entonces habló Moisés, y Dios le respondió en el trueno. 24 El Señor le respondió: —Baja y dile a Aarón que suba contigo. Pero ni los sacerdotes ni el pueblo deben intentar subir adonde estoy, pues de lo contrario, yo arremeteré contra ellos. 25 Moisés bajó y repitió eso mismo al pueblo.”

La entrega de los Diez Mandamientos

Y después de esta introducción sin gracia ni favor, Dios les dio los Diez Mandamientos:

(RVR60) Éxodo 20:1-5 “1Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: 2Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. 3No tendrás dioses ajenos delante de mí. 4No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 5No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad (de las obras) de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,”

Este es el origen y el contexto de la ley mosaica, de la ley de las obras del hombre.

Usted me dirá si quiere relacionarse con Dios de esta manera.

Hay personas que siguen enseñando a este Dios, cuando hemos aprendido que Dios envió a su Hijo Jesucristo a sacarnos de este pacto para regresarnos al pacto de la gracia en el que siempre Dios ha tratado a sus hijos que quieren relacionarse con él según la fe en él y no según sus propias obras de justicia.

Y todo se fue al traste

El primer mandamiento que no pudieron cumplir fue el de no hacerse dioses ajenos ni adorarlos:

(RVR60) Éxodo 32:7-8 “7Entonces Jehová dijo a Moisés: Anda, desciende, porque tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto se ha corrompido. 8Pronto se han apartado del camino que yo les mandé; se han hecho un becerro de fundición, y lo han adorado, y le han ofrecido sacrificios, y han dicho: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto.”

Una queja tratada conforme a la ley

Y esto hizo que Dios los tratara conforme a sus obras, y miren como fue el cambio de trato con una misma acción pasada:

(RVR60) Número 21:4 “4Después partieron del monte de Hor, camino del Mar Rojo, para rodear la tierra de Edom; y se desanimó el pueblo por el camino. 5Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano. 6Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes, que mordían al pueblo; y murió mucho pueblo de Israel.”

¿Se da cuenta? Bajo la gracia del pacto abrahámico sus quejas terminaban en complacencias de parte de Dios, pero bajo la ley, las malas obras de sus quejas terminan en dolor y muerte por mordeduras de serpientes.

No es que las serpientes fueran creadas por Dios para eso, sino que siempre estuvieron ahí, sólo que Dios quitó su mano protectora de ellos.

Así nació el pacto de la ley que muchos siguen predicando mezclado con la obra del nuevo pacto de Jesús.

 

V          LA LEY COMO SOMBRA DEL NUEVO PACTO DE LA GRACIA

En esta última parte aprenderemos como la ley, desde su creación, fue diseñada por Dios para que fuera una sombra de lo que habría de venir en el nuevo pacto de la gracia de Jesús.

La semana pasada hablamos de que Dios remplazó el antiguo pacto de la ley con el nuevo pacto de la gracia, no lo mejoró, ni lo complementó, mucho menos pensó en mezclarlos, sino que lo remplazó:

(NTV) Hebreos 8:7 y 13 “7 Si el primer pacto no hubiera tenido defectos, no habría sido necesario reemplazarlo con un segundo pacto. 13 Cuando Dios habla de un nuevo pacto, quiere decir que ha hecho obsoleto al primero, el cual ha caducado y pronto desaparecerá.”

El segundo pacto, el nuevo pacto de la gracia de Jesús reemplazó al primero, al de la ley, y dice que ya está próximo a desaparecer, o sea, que aún no desaparece.

¿Para quién está vigente el pacto de la ley?

Pero ¿Para quién está vigente ese viejo pacto? Para quien aún no cree en Cristo, para quien aún no se arrepiente de vivir una vida sin tomar en cuenta a Dios y a su Cristo.

Para ellos sí está vigente, pero para todos los que han puesto su mirada en la cruz y han creído en la obra de amor y justicia de Jesús que nos justifica y nos salva, ya no está vigente; a menos que usted insista en relacionarse con Dios a través de la ley que lo hizo enojar o mejor elige vivir bajo el pacto de su favor inmerecido.

Dios sabía que no funcionaría el viejo pacto

Pero en esta parte quiero enseñarles como desde que nació el pacto de la ley ya Dios sabía que no funcionaría para el hombre, por eso puso en ese pacto muchas señales que se convertirían en sombras de lo que habría de venir, como dice la Escritura:

(NTV) Hebreos 10:1-3 “1El sistema antiguo bajo la ley de Moisés era solo una sombra—un tenue anticipo de las cosas buenas por venir—no las cosas buenas en sí mismas. Bajo aquel sistema se repetían los sacrificios una y otra vez, año tras año, pero nunca pudieron limpiar por completo a quienes venían a adorar. Si los sacrificios hubieran podido limpiar por completo, entonces habrían dejado de ofrecerlos, porque los adoradores se habrían purificado una sola vez y para siempre, y habrían desaparecido los sentimientos de culpa.Pero en realidad, esos sacrificios les recordaban sus pecados año tras año.”

Dios les había dado la ley que pidieron para demostrarles que no podrían, mediante sus obras, ni agradar a Dios ni siquiera relacionarse con Dios.

Los sacrificios que exigía la ley, ni los limpiaba y todo el tiempo les recordaban sus pecados, por eso dice el apóstol Pablo:

(RVR60) 1ª Corintios 15:56 “56ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.”

La ley lo único que hace es darle más poder a tu pecado, eso es lo que está diciendo el apóstol Pablo.

Señales de Cristo en la ley

Dios puso muchas señales en el mismo pacto de la ley, de que enviaría a su Hijo Jesucristo a cambiarnos de pacto.

Recuerda que Jesús está escondido en el viejo pacto de la ley y revelado en el nuevo pacto de la gracia o de su favor inmerecido.

  • En el altar de la ley.

Después de darles los diez mandamientos, que están en Éxodo 20 del versículo 1 al 17, pasó esto:

(RVR60) Éxodo 20:21-26 “21Entonces el pueblo estuvo a lo lejos, y Moisés se acercó a la oscuridad en la cual estaba Dios. 22Y Jehová dijo a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Vosotros habéis visto que he hablado desde el cielo con vosotros. 23No hagáis conmigo dioses de plata, ni dioses de oro os haréis. 24Altar de tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas; en todo lugar donde yo hiciere que esté la memoria de mi nombre, vendré a ti y te bendeciré. 25Y si me hicieres altar de piedras, no las labres de cantería; porque si alzares herramienta sobre él, lo profanarás. 26No subirás por gradas a mi altar, para que tu desnudez no se descubra junto a él.”

Después de darles los diez mandamientos, que son la base de la ley de las 613 leyes de Moisés, les dijo que hicieran un altar para hacer sacrificios de ovejas y vacas para él.

Ya Dios estaba mostrando la sombra de lo que sería el sacrificio del Cordero de Dios quien quitaría el pecado del mundo en el altar de la cruz del Calvario. ¿Me sigue?

Y ¿por qué cree dijo que si fuere de piedra no quería que el hombre labrara esas piedras, sino que las colocara, así como las encontrara en la naturaleza?

Sencillo: Para que el hombre no metiera sus manos en el altar y creyera que era por sus obras.

Dios no quería un altar “hecho por obra de hombre”, sino el que se encontraran en la naturaleza que es hecha por Dios. ¿Lo ve?

  • En las ofrendas levíticas.

El Libro de Levítico señala cinco diferentes tipos de ofrendas de sacrificio: Las ofrendas quemadas o de holocausto, las ofrendas de paz, las ofrendas de alimentos, las ofrendas por el pecado y las ofrendas por la transgresión.

Se necesitaban cinco diferentes tipos de ofrenda para siquiera ser una sombra del sacrificio que haría Jesús por todos nosotros.

Y recuerde que cinco es el número de la gracia, porque Jesús nos llevaría con un solo sacrificio a la gracia, por eso eran cinco.

Sin defectos

(RVR60) Levítico 22:19-20 “19para que sea aceptado, ofreceréis macho sin defecto de entre el ganado vacuno, de entre los corderos, o de entre las cabras. 20Ninguna cosa en que haya defecto ofreceréis, porque no será acepto por vosotros.”

El cordero debía ser sin defecto, sombra de Jesús que caminaría sobre la tierra sin pecado para vencer a la ley que le da poder al pecado.

  • Al poner la mano sobre el cordero sin defecto.

(RVR60) Levítico 3:2 “ 2(El pecador) Pondrá su mano sobre la cabeza de su ofrenda, y la degollará a la puerta del tabernáculo de reunión; y los sacerdotes hijos de Aarón rociarán su sangre sobre el altar alrededor.”

El pecador debía poner su mano en la cabeza del cordero en señal que le traspasaba su pecado al cordero inocente, y cuando el cordero sufría el juicio y era muerto y sacrificado, el pecador quedaba libre de ese pecado y salía libre bajo la bendición de Dios.              

¿Se da cuenta que desde que nació la ley ya Dios estaba avisando que enviaría a su Hijo Unigénito a cambiarnos de pacto?

La gran noticia de vivir en el favor inmerecido de Dios

Si tú eliges vivir en el pacto de su favor inmerecido debes saber que su favor no es algo por lo que orar en determinados momentos, sino que has decidido vivir bajo un pacto en el que Jesús ya hizo todo lo que se necesitaba para que ese pacto se cumpliese.

Entender bien esto de los dos pactos te hace consciente de que su favor te cubre toda tu vida y no solo a momentos y que, además, al vivir permanentemente bajo su favor, te vuelves fuente de bendición para todos los que te rodean y a donde quiera que te pares.

Algo importante de entender es que las aflicciones de la vida no te quitan el que estás viviendo bajo el favor inmerecido de Dios, de la misma manera que los días nublados no significan que ya no está el sol en su lugar, solo porque no se pueda ver.

Aún por la noche el sol sigue en su lugar emitiendo sus rayos y manteniendo la temperatura perfecta aún al lado de tierra que le toca de noche ¿Me sigue?

Entre más creas esto y lo ores en todo tiempo más y más el favor de Dios será evidente en tu vida y sus resultados te asombrarán todo el tiempo.

 

VI         MINISTRACIÓN

           

Así que, como dice el título del mensaje: Hay dos pactos, pero una sola elección, esperamos que hoy estés más consciente que has decidido vivir en el pacto del permanente favor inmerecido de Dios para tu vida.

Amén.

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