Predicaciones

I        MENSAJE CENTRAL

Muchas personas no saben o no tienen consciencia de hacia dónde van sus vidas, o no saben identificar cuál es el propósito de su vida, dicho de otra manera, no saben hacia donde queda su tierra prometida.

Hoy Dios nos enseñará en su palabra como saber hacia dónde va nuestra vida y, sobre todo, cómo mantenernos firmes en es misma dirección.

 

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II          INTRODUCCIÓN 

Esto es muy común que les pase a los jóvenes, así que este mensaje será de mucha bendición para los jóvenes que tienen toda una vida por delante y para los padres de esos jóvenes que puedan ayudarlos a dirigir su vida.

Pero, mi preocupación está con los adultos, que desde jóvenes no saben hacia dónde va su vida, llegaron a Cristo y aún siguen sin saber, a ciencia cierta, hacia dónde queda su tierra prometida, así que este mensaje también bendecirá a esta generación de adultos que tenemos acá.

Somos descendencia de Abraham

Hoy todo cristiano es descendencia de Abraham, no somos su descendencia judía, pero sí somos su descendencia espiritual.

Un día Dios le dio una promesa a Abraham y a su descendencia y Cristo nos hizo parte de su descendencia.

(RVR60) Génesis 15:5-65Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. 6Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.”

(RVR60) Gálatas 3:2929Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.

Dios le dio una promesa a Abraham que incluía la tierra prometida para su pueblo y que sería heredero del mundo y junto con él toda su descendencia.

Así que usaremos la historia de Abraham para saber hacia dónde deben de ir nuestras vidas y cómo mantenernos firmes en esa misma dirección.

De aquí que el mensaje de hoy lleva por título: DESCUBRIENDO HACIA DÓNDE VA MI VIDA. Quitándome el velo de los ojos.

                 

I           DEFINIENDO MI TIERRA PROMETIDA

En esta primera parte quiero que entendamos qué es lo primero que debemos hacer para definir hacia dónde queda nuestra tierra prometida, que es hacia donde debe ir nuestra vida.

Vamos a ver un poco la historia de Abraham:

(RVR60) Génesis 12:1-51Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. 4Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él (Lot era su sobrino). Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán. 5Tomó, pues, Abram a Saraí su mujer, y a Lot hijo de su hermano, y todos sus bienes que habían ganado y las personas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a tierra de Canaán; y a tierra de Canaán llegaron.”

Usted sabe que Dios le dio a su pueblo la tierra de Canaán, lo que hoy es el territorio de Israel.

Pero no sé si ya se dio cuenta que Abraham no siguió las instrucciones de Dios al pie de la letra, sino que le hizo un pequeño ajuste, una pequeña desobediencia, porque Dios le dijo que dejara a todos sus parientes y Abraham se llevó a Lot, su sobrino.

Si usted lee la historia de Abraham y Lot, en el Libro de Génesis, se dará cuenta que Lot metió a Abraham en muchos problemas: Los pastores de ambos pelearon, secuestraron a Lot y Abraham tuvo que ir a rescatarlo, en Sodoma se metieron contra Lot y su familia los del pueblo y cuando Dios envió fuego el cielo para destruir la ciudad, casi los agarra a ellos adentro de la ciudad por culpa de Lot, la mujer de Lot volteó hacia atrás y se convirtió en estatua de sal, etc.

Pero aquí va la enseñanza:

(RVR60) Génesis 13:5-155También Lot, que andaba con Abram, tenía ovejas, vacas y tiendas. 6Y la tierra no era suficiente para que habitasen juntos, pues sus posesiones eran muchas, y no podían morar en un mismo lugar. 7Y hubo contienda entre los pastores del ganado de Abram y los pastores del ganado de Lot; y el cananeo y el ferezeo habitaban entonces en la tierra. 8Entonces Abram dijo a Lot: No haya ahora altercado entre nosotros dos, entre mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos. 9¿No está toda la tierra delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres a la mano izquierda, yo iré a la derecha; y si tú a la derecha, yo iré a la izquierda. 10Y alzó Lot sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, como el huerto de Jehová, como la tierra de Egipto en la dirección de Zoar, antes que destruyese Jehová a Sodoma y a Gomorra. 11Entonces Lot escogió para sí toda la llanura del Jordán; y se fue Lot hacia el oriente, y se apartaron el uno del otro. 12Abram acampó en la tierra de Canaán, en tanto que Lot habitó en las ciudades de la llanura, y fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma. 13Mas los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra Jehová en gran manera. 14Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente. 15Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre.”

En este último versículo hay varias enseñanzas, los demás nos sirvieron para entender por qué y cómo se separaron Abraham y Lot.

La palabra Lot en hebreo significa: Velo, envolver, o velo que envuelve, que cubre.

Así que Lot representaba para Abraham ese velo que le cubría la cara y no podía ver cuál sería su tierra prometida.

Fue hasta que Lot se apartó de Abraham, que Dios le dijo a Abraham: Alza ahora tus ojos, y mira.

Cuando Abraham se quitó el velo de su cara, Dios le reveló cuál era su tierra prometida.

Ojo a esto, Abraham no caminó toda la tierra de Canaán en lo natural para saber cuál era toda su extensión, ni siquiera alcanzó a verla toda en lo natural, pero si la vio en lo espiritual y le creyó a Dios por ella.

Cuando Dios te quita el velo que cubre tu corazón para creer toda la tierra prometida que Él te ha dado, entonces puedes mirar con los ojos del espíritu cual es tu propósito en esta vida, cuales son las promesas que Dios te ha dado y entonces, tendrás la fe para ir tras ellas.

Esa es la dirección hacia donde debe de ir tu vida, hacia dónde estén las promesas que Dios te ha puesto en el corazón.

¿Qué significa el velo?

El velo para ti, para que no puedas creer en la tierra que Dios te ha dado en el espíritu, pueden ser muchas cosas, tu orgullo, tus miedos, tu amor al dinero, tu autosuficiencia, etc.

Pero el velo más común en la gente para no ir tras los sueños y propósitos que Dios les ha puesto en el corazón, son las voces de personas que Dios te ha dicho que las alejes de tu vida, que ya no camines tu vida junto a ellas, pero tú sigues ahí en esa relación o rodeada de esas personas, que lo último que les interesa es que tú tengas éxito en la vida o que simplemente no creen en tus sueños sólo porque a ellos no se los dio Dios y te los dio a ti.

Quítate el velo

Así que, si quiere saber hacia donde está su tierra prometida, hacia donde debe ir su vida, comience a separarse o a alejarse de esas personas que no creen en usted y en sus sueños.

Para los jóvenes

Para ustedes jóvenes, también les pasa esto, hay amistades que están enfocados en otras cosas que no son para su bien, tú estás enfocado en tus estudios y en aprender más cosas y habilidades, enfocado en el Señor y ellos solo quieren jugar, o vagar o hacer cosas indebidas, divertirse, tomar, fumar, drogarse y quieren hacerlo contigo.

Hasta que no te separes de ellos, Dios no te revelará cuál es toda su visión para ti.

Los padres de familia

A veces, son tus propios padres los que se oponen a tus sueños.

Esto no quiere decir que te separes de ellos, no, debes amarlos, honrarlos y obedecerlos en todo, como tus principales autoridades espirituales que tienes, pero, calladamente sigue creyendo en lo sueños que Dios te ha puesto en el corazón.

Nunca desobedecerlos te traerá bendición, así como a Abraham no le trajo bendición desobedecer a Dios llevando a su sobrino Lot cuando Dios le dijo que no lo llevara.

Obedécelos, pero sigue creyéndole a Dios por tus sueños a pesar de que no veas por ahora esa tierra prometida.

 

Conclusión

Podemos concluir esta parte del mensaje diciendo que primero debes quitar cualquier velo que cubra tu corazón para que Dios te hable claramente de cuáles son las promesas que él ha reservado para ti y tus generaciones.

Y saber, que ir tras ellas para verlas cumplidas, esa debe ser la dirección de tu vida.

Las decisiones que vayas tomando, asegúrate que siempre te hagan acercar o ir en la dirección de conquistar esas promesas de parte de Dios.

Y más ahora, que has aprendido a vivir en el reposo del Señor, y entiendes que su favor inmerecido siempre te guiará hacia tu tierra prometida.

 

IV         BRINCANDO LOS OBSTACULOS DE LA VISIÓN

En esta segunda parte veremos que no siempre la visión de Dios se lleva a cabo de inmediato y que debemos aprender a sortear cualquier obstáculo que nos impida ir hacia nuestra tierra prometida.

Cuando Dios le dijo a Abraham: Alza tus ojos y mira, a eso se le conoce como una visión dada por Dios.

Entendimos que la visión se ve con los ojos de la fe no con los ojos naturales, pero son muchas veces son los ojos naturales los que nos ponen obstáculos para no alcanzar esa vida que Dios nos ha puesto en el corazón.

José es un ejemplo perfecto de esto, dice la Biblia:

(RVR60) Génesis 37:5-115Y soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerle más todavía. 6Y él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado: 7He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al mío. 8Le respondieron sus hermanos: ¿Reinarás tú sobre nosotros, o señorearás sobre nosotros? Y le aborrecieron aún más a causa de sus sueños y sus palabras. 9Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí. 10Y lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti? 11Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre meditaba en esto.”

Usted sabe todo lo que le pasó a José después de que contó sus sueños: Lo arrojaron a una cisterna, lo vendieron como esclavo, lo enviaron a la cárcel, lo olvidaron en la cárcel sus amigos, pero él nunca dejó de creer en lo que Dios le había mostrado en sueños.

Por eso cuando llegó a ser administrador de Egipto y sus hermanos vinieron a él a comprar alimento, porque en Israel había una sequía, él les dijo:

(RVR60) Génesis 45:4-54Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto. 5Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros.”

Dios tenía un propósito para la vida de José, Dios le dijo que su padre y sus hermanos se inclinarían a él, ese sueño le traería muchos problemas después, pero al cabo de un tiempo, el sueño se cumplió y entendió todo lo que le había pasado.

José no dejó de creer y servir a Dios sólo porque veía que su sueño no se cumplía, solo porque en lo natural parecía ir totalmente hacia el otro lado de su vida.

Esto nos enseña que, si tú le crees a Dios por tus sueños, por lo que él te ha puesto en el corazón, y a pesar de tus circunstancias actuales o del pasado, tú le sigues creyendo y sirviendo a él, con tu altar personal, familiar y congregacional, mas pronto que tarde verás tus sueños realizados.

El error de Saúl

Muchos no logran sus propósitos porque por un tiempo no ven que se realicen sus sueños y abandonan ese sueño para ir tras lo que ven sus ojos o lo que alguien más les dice que hagan.

Esto le pasó a Saúl, primer rey de Israel, Samuel le pidió que lo esperara para que Samuel hiciera el sacrificio a Dios y Saúl se desesperó y lo hizo él solo.

Miren lo que le pasó:

(RVR60) 1 Samuel 13:13-14 13Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. 14Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.”

Saúl no vivió en el reposo de Dios y se desesperó y al ver que la gente se le desertaba dejó de creer en lo que Dios le había dicho, que esperara a que Samuel viniera y él hiciera el sacrificio.

Eso lo sacó del reino, a ti también te puede sacar de sus promesas y de la dirección de tu vida si crees más en lo que ves que en lo que Dios ha puesto en tu corazón acerca de hacia dónde quiere que vaya tu vida. 

Los obstáculos no son del diablo

Hay gente que le achaca al diablo las cosas que no salen conforme a lo que Dios ha puesto en el corazón, y no, el diablo no puede robarse lo que Dios te ha prometido, el diablo solo puede sugerirte que tengas miedo y te falte la fe para que tú decidas no vivir en la dirección que Dios te ha dado.

Sus promesas tu línea de vida

Esas promesas y propósitos serán tu línea de acción, no aceptarás nada que te aleje de ellas, no le permitirás a nadie que te aleje de ellas, te juntarás con personas que te animen a caminar hasta ahí y a llevar a tus generaciones hacia ese lugar.

No verlo todo es una bendición

Como Abraham, tú no verás todo lo que Dios puso en tu corazón, porque es mucho y tus promesas y dirección de vida incluye a tus generaciones, tus hijos y los hijos de tus hijos, seguirán viendo la bondad de Dios.

Orando la gracia

Cuando estés orando la gracia y la justicia, como hemos enseñado, cuando estés oyendo y oyendo los mensajes de la gracia que te predicamos aquí, tu fe se aumentará y tendrás “esa sensación” de que es Dios quien te ha puesto ese plan en el corazón, esa meta, ese anhelo, estarás totalmente seguro y nada ni nadie te desviará.

 

Conclusión

Podemos concluir esta parte del mensaje diciendo que la visión natural puede ser un gran obstáculo para dirigir nuestras vidas hacia la tierra prometida, por lo que es necesario que no dejemos que lo que vemos sea más fuerte que lo que creemos.

 

V       HABLA EN LA DIRECCIÓN DE TU VIDA

En esta última parte veremos la importancia de hablar sólo lo que vaya en dirección a la vida que Dios te ha prometido en el corazón.

(NVI) 1ª Corintios 14:1-41Empéñense en seguir el amor y ambicionen los dones espirituales, sobre todo el de profecía. Porque el que habla en lenguas no habla a los demás sino a Dios. En realidad, nadie le entiende lo que dice, pues habla misterios por el Espíritu. En cambio, el que profetiza habla a los demás para edificarlos, animarlos y consolarlos. El que habla en lenguas se edifica a sí mismo; en cambio, el que profetiza edifica a la iglesia.”

La palabra profetizar en griego es la palabra Propheteio que significa: Anunciar los mensajes inspirados por Dios.

Si Dios te puso en tu corazón tu dirección de vida, tu tierra prometida, profetízala, habla de ella para se congruente lo que sueñas y hablas.

¿Qué es profetizar?

De qué se trata esto de profetizar, vamos a la Biblia:      

(NVI) Hechos 2:15-1715 Éstos no están borrachos, como suponen ustedes. ¡Apenas son las nueve de la mañana! 16 En realidad lo que pasa es lo que anunció el profeta Joel:17 “Sucederá que en los últimos días —dice Dios—, derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano. Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán, tendrán visiones los jóvenes y sueños los ancianos. 18 En esos días derramaré mi Espíritu aun sobre mis siervos y mis siervas, y profetizarán.”    

¿Qué van a profetizar los jóvenes? Lo que Dios les dé en visiones. Y ¿qué van a profetizar los ancianos? Lo que Dios les dé en sueños.

Los jóvenes tienden más a soñar despiertos, eso serían visiones, y la gente grande Dios les pone sueños o les habla en sueños.

En ambos casos hay que anunciar esas visiones o esos sueños.

Ahora, no se trata de anunciárselos a la gente, no te vaya a pasar lo de a José, se trata de anunciártelos a ti mismo.

Habla para ti lo que Dios te haya puesto en el corazón y te ayudará a mantener el rumbo de tu vida.

Se le habla proféticamente a la iglesia y tú eres esa primera iglesia, también se trata de profetizar a tu familia los sueños que Dios les ha puesto como familia y eso te ayudará a mantener el rumbo de la familia.

Por eso dice a parte: Mis siervos y mis siervas profetizarán, para que también se le hable de los sueños de Dios a la iglesia congregacional, pero la profecía no es exclusiva de la iglesia congregacional, como lo vienen enseñando por décadas en las congregaciones, dándole más importancia a la iglesia congregacional que la iglesia personal y familiar.

Así que habla en todo tiempo lo que Jesús ya ganó para ti, habla para ti su amor, gracia, su abundante favor inmerecido, háblalo para ti y tu familia, si es que te apoyan, y si no, solo para ti y eso te ayudará a mantener el rumbo de tu vida hacia donde Dios la ha dirigido según lo que ha puesto en tu corazón.

 

Conclusión

Podemos concluir esta parte diciendo que sí Dios nos dio un poder en la boca para profetizar, pues fue la razón número uno para derramar su Espíritu Santo sobre todas las personas, hablémonos nuestros sueños para que por nuestra fe sean afirmados en nuestros corazones y no permitamos que nada ni nadie nos desvíe de ir tras ellos.

 

VI         MINISTRACIÓN

La dirección de nuestras vidas es hacia recibir todas las promesas que Dios haya puesto o ponga en nuestros corazones para nosotros y nuestras generaciones.

 

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